Desacostumbrarse

Mª Salud García-Manjarón Orduña

Estimado hermano. Que Dios nos ayude e ilumine en medio de nuestra búsqueda e interrogantes. Posiblemente nos une esa experiencia descubierta de «Solo Dios» como el único capaz de hacernos posibles en la inmensidad de su Amor, donde únicamente podremos ser. Y esto ¡es maravilloso! No me siento única ni mejor, pero si desearía que todos pudieran participar de aquello que yo entiendo por paz y no conformismo, por presencia y no ausencia o incomunicación.

Me he acostumbrado a vivir con Él, para desacostumbrarme de mí. En mí nace la emergencia de comunicarlo, de seguir caminando hacia mi sitio, donde todo se hace silencio, que aunque ausente y estéril ante la sociedad está lleno de presencia. No soy un ser aislado, puedo verme en medio de todo y de todos con una cercanía especial que me hace amar y palpar a mis hermanos. La contemplación te hace ser humildemente generoso, grandemente pequeño y eternamente inamovible para seguir caminando.

Yo en medio de todo intento contemplar este hermoso misterio desde la escucha, y en muchos momentos confieso mi rebeldía ante todo lo que pueda desviarnos del verdadero camino, ante lo que pueda alejarnos del centro. Su camino y no el nuestro, para poder andar sobre seguro y vernos en una única realidad: la de su Amor, para así poder ser siempre.

El hombre necesita Ser, pero sin Dios es imposible; descubrir esto es poder mirarnos con ese sentido que nos hace sentirnos amados y desbordados en la silenciosa generosidad de Su Gracia.

Nadie debe sentirse desterrado, ni fuera de lugar, si sabemos vernos en el que nos ama por encima de todo bajo esa continuidad horizontalizada que nos retorna. Que Dios nos bendiga en el camino elegido, pues éste no nos hace, simplemente estamos en otra parte para seguir siendo. Personalmente, mis experiencias son las que más me han ayudado a centralizar mi vida en el único capaz de darles sentido, incluso he podido descubrir que Él lo permitió para bien. Somos ley de amor sagrada en intocables para el que ama y conoce lo más profundo de nosotros. ¡Vivamos con ánimo! pues Él nos preside y acompaña.

Que nada nos haga perder la esperanza ni la paz, seamos donadores de Dios para todos. Sigo pidiendo al que sabe darnos lo mejor en el momento oportuno, incluso en el no deseado.



Imagen: Vidriera en la Holy Trinity Church, en Saint Andrews, Escocia (Oliver-Bonjoch 2013)

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